sábado, 31 de octubre de 2015

Crema Musselina


La crema muselina es una variación de la crema pastelera a la que se le añade mantequilla. La preparación es muy sencilla, pues consiste sólo en un paso más a la crema pastelera. La muselina se utiliza en la pastelería francesa para rellenar choux, buñuelos, milhojas de hojaldre, tarta o, incluso, combinarla con frutas. 



Ingredientes
350 ml de leche entera
1 vaina de vainilla
4 yemas de huevo
80 g de azúcar
35 g de maicena
150 g de mantequilla


Elaboración

  1. Cortar la vaina de vainilla a lo largo. Rascar las semillas con la punta de un cuchillo.
  2. En un cazo, añadir la leche, la mitad del azúcar y la vaina de vainilla junto con las semillas.
  3. Llevar la leche a ebullición, removiendo frecuentemente.
  4. Mientras tanto, separar las yemas de los huevos.
  5. En un gran bol, mezclar con unas varillas las yemas con la otra mitad del azúcar hasta que adquieran un color amarillo pálido.
  6. Incorporar la fécula de maíz.
  7. Cuando la leche hierva, retirarla del fuego y colarla para quitar la vaina de vainilla.
  8. Añadir poco a poco la leche bien caliente a las yemas sin dejar de remover. Hay que ir poco a poco, si se añade toda la leche de golpe, se corre el riesgo de cuajar las yemas.
  9. Volver a incorporar al cazo a través de un colador y calentar a fuego medio-bajo sin dejar de remover.
  10. Cuando la espuma desaparezca, la crema pastelera empezará a espesar.
  11. Continuar la cocción hasta que haya espesado. Tiene que quedar bastante espesa.
  12. Retirar del fuego y transferir la crema pastelera a un bol.
  13. Cubrir con film plástico apto para uso en caliente o pintar con mantequilla. Esto evita que se forme una costra mientras la crema pastelera se enfría.
  14. Dejar enfriar.
  15. Sacar la mantequilla del frigorífico para que vaya adquiriendo punto de pomada mientras se enfría la crema.
  16. Una vez que la crema pastelera ha enfriado, batirla bien con unas varillas y luego incorporar en 3 o 4 veces la mantequilla en pomada. Para este paso es mejor utilizar unas varillas eléctricas, para que airee bien la crema sin mucho esfuerzo.
  17. Y ya está. ¡Buen provecho!

Sugerencias, trucos y consejos

  • Utiliza la crema muselina para acompañar unas fresas, como relleno para tartas, de unos buñuelos, para preparar un milhojas de hojaldre…
  • Se puede perfumar con un chorrito de licor, como por ejemplo licor de cerezas, de fresas, ron…
  • Se conserva un par de días en el frigorífico, aunque es mejor consumirla rápido, pues la crema pastelera pierde el sabor muy pronto.
  • En el blog encontrarás la receta de la crema pastelera, perfumada a la vainilla o a la canela con limón, y, también, la crema pastelera de chocolate.
  • Existen más variaciones de la crema pastelera, como la crema Madame, con nata montada, la diplomática, con nata montada y gelatina, la Chiboust, con merengue italiano, e incluso aligerada con claras de huevo montadas.

Crema Chiboust


Esta crema es una deliciosa elaboración repostera que parte de una crema pastelera, incorporando merengue italiano que nos aportará una textura tipo mousse y gelatina para que estabilizarla, un gran recurso en repostería porque además se puede añadir el sabor que deseemos, de limón o naranja, de chocolate, de fresas, de jengibre, de miel, etc.

La Crema Chiboust es ideal para hacer tartas con base de bizcocho o galleta, para rellenar crepes o profiteroles, para servir como base de un postre de frutas frescas o lo que el paladar y la imaginación te sugieran. Al parecer, el nombre de esta crema se debe al apellido del pastelero creador de la tarta Saint Honoré, que incorporó esta crema-mousse a la tarta.

La elaboración de la Crema Chiboust se compone de varios pasos, pero se reducen bastante en tiempo de dedicación, lo principal es elaborar el merengue italiano y por otro lado la crema pastelera a la que se le incorporará el ingrediente que deseemos para darle sabor y la gelatina neutra, si son hojas de gelatina, rehidratadas previamente.

Cuando la crema pastelera está lista y ha perdido un poco de temperatura, se incorpora el merengue italiano con movimientos envolventes para que no se bajen en exceso. Cuando tengamos la Crema Chiboust elaborada, hay que verterla sobre la base de la tarta a la que se va a rellenar , para que cuando se enfríe y tome cuerpo, quede homogénea y fina.

Según su esponjosidad o el aire que se desee en la Crema Chiboust se pondrá mayor o menor proporción de merengue, puede ser a partes iguales, es decir, utilizar tantas claras para el merengue como yemas para la crema, o variar la proporcionalidad al gusto.


Crema Chiboust

Ingredientes:

  • 500 ml de Leche entera
  • 5 yemas de Huevo
  • 70 gr de Azúcar
  • 30 gr de Harina
  • 30 gr de Maicena (fécula de maíz)
  • 4-5 hojas de Gelatina
  • 30 gr de Mantequilla
  • Esencia de Vainilla o una vaina de vaninilla (mejor)
  • 3 claras de Huevo
  • 100 gr de azúcar

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Primero preparamos una crema pastelera...


  1. Calentamos la leche con la vainilla.
  2. Pon la gelatina en agua fría para hidratarla y que se ablande.
  3. Batimos las yemas con el azúcar hasta que blanqueen y, en este punto, añadimos la harina tamizada junto con la maicena hasta que la mezcla sea homogénea y lisa.
  4. Añadimos la mitad de la leche que hemos calentado y removemos con las varillas suavemente, evitando que se forme espuma. 
  5. Añadimos esta mezcla a la leche que hemos calentado y volvemos a poner al fuego removiendo constantemente hasta que espese.

Un truquito: para que la crema no forme una capita al enfriar, frota la superficie con un poco de mantequilla.

Cuando aún está caliente la crema, añade la gelatina previamente ablandada en agua fría y escurrida.

A continuación añade la mantequilla en trozos pequeños y mezcla bien con las varillas.

Mantén esta crema en caliente colocándola sobre un recipiente con agua caliente y mientras vamos a hacer un merengue.


Bate las claras a punto de nieve y añade el azúcar. Sigue batiendo hasta conseguir un merengue bien firme.


Añade el merengue a la crema. hazlo en dos veces para que el merengue no baje.

y listo!




Crema de mantequilla

La crema de mantequilla o buttercream, como su nombre lo indica no es nada mas que  mantequilla batida con azúcar. La receta de buttercream es originaria de los países anglosajones, la que hemos adaptado en nuestro paladar y en nuestro país con la llegada de las tartas y cupcakes,

Tipos principales


Simple

La crema de mantequilla simple, también llamada americana, se prepara batiendo juntas la grasa y el azúcar glas hasta obtener la ligereza y consistencia deseada. También pueden añadirse pequeñas cantidades de huevo, clara o yema, o leche. Algunas recetas también requieren leche en polvo. Debido a su alto contenido en azúcar, la crema puede formar una corteza delgada que evita que se pegue.

Para decorar
Esta variante, llamada a veces pasta rosa, se bate mucho menos que la simple para obtener una pasta firme adecuada para elaborar flores y otros adornos para pasteles. Suele ser la más dulce de todas las cremas de mantequilla.

Tipo merengue
También conocida como crema de mantequilla italiana, esta variante es parecida en preparación a la francesa. Se vierte un almíbar hirviendo a punto de caramelo sobre clara de huevo batida para obtener un merengue. Esencialmente el almíbar cuece las claras de huevo, eliminando la mayoría de los riesgos sanitarios. Se añade grasa al merengue cuando se enfría. Con frecuencia, cuando se añade la mantequilla o la grasa, la mezcla se separa y toma un aspecto "cuajado". Se necesita una mezcla intensiva para incorporar los ingredientes. Esta es la crema usada más comúnmente para tartas de pastelería, ya que no forma una corteza.

Alternativamente puede añadirse el azúcar directamente a las claras de huevo fría en un cuenco puesto al baño María. La mezcla se bate hasta que su temperatura alcance los 60 °C. En este punto el huevo está pasteurizado con seguridad. La mezcla se bate entonces rápidamente hasta que forma picos espesos y se enfría. Se añade mantequilla con una pequeña cantidad de margarina para estabilizar la crema. Esta variante se conoce como crema de mantequilla suiza.

Francesa
La crema de mantequilla francesa se hace batiendo un almíbar que ha alcanzado el punto de caramelización con yemas de huevo batidas hasta obtener una espuma ligera. Entonces se añade mantequilla ablandada batiendo. Esta crema es muy rica, suave y ligera. Las cremas de mantequilla francesas tienen a derretirse más rápidamente que otras variante gracias al alto contenido graso de las yemas de huevo y la mantequilla.

Tipo pastelera
La crema de mantequilla tipo pastelera, a veces llamada alemana, se hace batiendo juntas crema pastelera espesa y mantequilla ablandada, pudiéndose endulzar con más azúcar glas. De forma similar, unas natillas ligeras pueden también batirse con mantequilla.

Tipo fondant
La crema de mantequilla fondant se hace batiendo juntas partes iguales de fondant y mantequilla.


Cómo hacer buttercream


Ingredientes

  • 250 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
  • 250 g de azúcar glass (o azúcar glacé en su defecto)
  • 4 cdas de leche
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Elaboración

  1. Tamizamos el azúcar glass.
  2. Agregamos la mantequilla y la leche.
  3. Batimos durante un minuto a velocidad baja hasta que se integren todos los ingredientes.
  4. Una vez esté todo integrado, batimos durante cinco minutos a velocidad máxima. La consistencia final de nuestro buttercream tiene que ser similar a la de un helado.
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NOTA: A partir de esta receta básica de buttercream podemos añadir sabor a nuestro gusto. Bien podemos agregar chocolate derretido (y templado para no derretir la mantequilla), aromas al gusto, pastas de frutas, o cualquier ingrediente que se nos ocurra.


Consistencias recomendadas:


- Torta: Para cubrir una torta lisa, la crema deberá ser suficientemente suave para cubrir con facilidad, pero a su vez firme para que con el clima, la crema no se torne grasosa.


- Picos: Necesitarás una consistencia media, que sea manejable con manga y al decorar sea firme.

- Rosetas: Una consistencia entre media y firme es la ideal cuando trabajemos la técnica de rosetas, la cual nos permitirá trabajar con facilidad la crema en manga. Cuando trabajes rosetas en tortas, 
primero coloca una ligera capa de crema lisa, para evitar que éstas se caigan posteriormente por el peso del buttercream.

- Flores: La consistencia ideal es firme, que al tocar la crema con tus dedos, no ensucie. Este tipo de consistencia, suele ser seca, pero es ideal para un acabado perfecto, debido a que la figura que hagas permanecerá tal cual la hagas desde el inicio hasta el final.



domingo, 25 de octubre de 2015

Historia de los polvorones


 Micaela Ruiz Téllez (1821-1904) también llamada "La Colchona" fue una mujer emprendedora que mejoró la receta del mantecado. 


Nació en Estepa en 1821. La colchona (apodada así por el alias de su ama de casa) se casó con un cosario que viajaba de Estepa a Córdoba. En aquella época, se hacían y regalaban los mantecados pero se estropeaban pronto. Para que los mantecados aguantaran sin estropearse todo el camino de Estepa a Córdoba se le ocurrió una idea: resecarlos. Resecándolos hacía que duraran más y los dejaba duros por fuera , pero tiernos por dentro así se creo el polvorón . 
Hacia 1855, su marido empezó a venderlos en Córdoba y cada vez le pedían más, con lo que tuvieron que hacer la primera fábrica de mantecados de Estepa. Pronto empezaron a venderse rápido y a crearse más fábricas de mantecados en Estepa. Murió a los 83 años en 1904. 

El polvorón es muy similar al mantecado, siendo la almendra un ingrediente habitual en ambos.El mantecado tiene menos harina que el polvorón y es mucho más compacto (no se desmenuza con tanta facilidad). 




Gelatina de mosaico

Polvorones de cacahuate

domingo, 18 de octubre de 2015

HISTORIA DE LA REPOSTERÍA

Antiguamente la palabra repostería significaba "despensa", era el lugar designado para el almacenamiento de las provisiones y en donde se elaboraban los dulces, pastas, fiambres y embutidos.

En Egipto ya existían recetas simples de repostería. Aún no se conocía el azúcar, por lo que el sabor dulce se conseguía gracias a la miel de abeja. A principios de la era cristiana, hace 2000 años, no se diferenciaba el oficio de pastelero y el de panadero, sino que era la misma persona quien ejercía ese trabajo, y que usaba la miel en sus recetas, así lo demuestra la Biblia, donde se pueden encontrar numerosas citas referentes a ella.

En la Roma antigua se empezaron a emplear nuevas técnicas y medios para dulcificar, como el mulsum (un vino meloso) y mezclaban la harina con miel para elaborar pasteles. Numerosos autores mencionan postres como latripartina, a base de huevos, leche y miel, o el globus¸una especie de buñuelo.

Sin embargo, en el lejano Oriente se conocía la caña de azúcar. En un principio, hace 8000 años, se utilizaba como elemento decorativo en las casas, aunque también se masticaba por su dulce sabor. Fue por eso que su cultivo se extendió por el Pacífico y llegó a la India, de donde antes se creía que procedía. Griegos y romanos conocían el azúcar cristalizado, hay que recordar que Alejandro Magno llegó hasta la India, por lo que también utilizaban este ingrediente para endulzar. Pero fue gracias a la llegada de los árabes que el consumo de azúcar se extendió por toda la cuenca mediterránea. Eran famosos los dulces árabes hechos a base de azúcar y frutos secos.

Durante esta época, la Edad Media, empezaron a surgir en Francia los obloiers, un gremio que se dedicaba a hacer obleas, es decir, las hostias para las misas religiosas. Poco a poco, el pueblo tendrá acceso a estos dulces, que se regirán por el calendario, de igual forma que ahora comemos turrón en diciembre, torrijas en semana santa, etc. Es también gracias a las Cruzadas que nuevos ingredientes se incorporaron al recetario repostero.

En 1440, una ordenanza utiliza por primera vez la palabra "pasteleros", un siglo más tarde, en 1556, bajo el reinado de Carlos IX de Francia, nace la corporación de pasteleros que establece el aprendizaje y acceso al grado de maestro pastelero.

El descubrimiento del Nuevo Mundo hizo posible el intercambio de ingredientes, pues de la mano de Colón, Cortés, Pizarro... fue llevada a América la caña de azúcar y traído al Viejo Mundo el cacao, lo cual a su vez, incrementó el cultivo de azúcar debido a la buena combinación de ambos.

En España, antes de que los Reyes Católicos los expulsaran en 1492, los judíos acompañaban sus celebraciones con todo tipo de dulces, tales como los letuarios de membrillo que se elaboran para la fiesta del Yom Kipur, o los buñuelos y pasteles de pasas de Hanukah.
Fue frecuente también en el siglo XVI el chocolate caliente como bebida.

En el siglo XVII se descubre la levadura biológica, lo que permite que se desarrolle mucho más la pastelería y se diferencie aún más de la panadería, ya que surgen bollos nuevos, tales como los brioches y otros similares.

El Siglo de Oro español nos deja también obras escritas donde encontramos una exhaustiva descripción de la pastelería de esa época en las altas esferas, como las elaboraciones que se llevaban a cabo en la Corte, que conocemos gracias a Francisco Martínez Montiño, autor de Arte de cozina, Pastelería y Conservería, de 1611 y cocinero de Felipe II, o la cocina de los Colegios Mayores de Salamanca, que describe Domingo Hernández de Maceras.

En 1786, Juan de la Mata, repostero real, publica en Madrid Arte de Repostería, una obra que será clave hasta el siglo XIX en que se publiquen otras.

En Francia, durante este siglo, el XVIII, se inicia el desarrollo del hojaldre, lo que inicia la pastelería moderna. También se desarrolla con fuerza la pastelería en Austria, que la reina María Antonieta llevará a Francia cuando se case con Luis XVI. Ya entonces se hacían pasteles creativos que podrían parecernos obras de arte. Sin embargo, otros postres no surgen de la creatividad, sino de la necesidad, como por ejemplo, la de conservar la leche. Se descubrió que calentándola con azúcar hasta que se concentrase, hacía que la leche durase mucho tiempo, pues los soldados la consumían durante las campañas militares, surge así la leche condensada. Lo mismo ocurre con las mermeladas y confituras, que no son más que frutas y azúcar sometidos a cocción. Es, pues, el azúcar, un conservante natural.

También tenemos el caso de postres que surgen debido al excedente de productos, como el turrón, nacido de la abundancia de almendras y miel.

El siglo XIX supone un gran auge para el mundo de la repostería, pues empiezan a aparecer pastelerías y confiterías abiertas al público, como las que se abrieron en Madrid (un ejemplo es Lhardy). Se mejoran los equipos y maquinarias y surgen otras nuevas, como las primeras máquinas de hacer hielo, lo que permitió la producción en masa, gracias a su poder conservante. 

También se escriben obras y revistas especializadas, como La confitería española. Antoine de Carême, padre de la repostería moderna, escribe a principios del siglo XIX El Pastelero Real, con un gran repertorio de recetas y descripciones de herramientas, utensilios y productos especializados, por lo que la pastelería alcanzó un gran importancia.
En 1930 la Marquesa de Parabere escribe Confitería y Repostería.

Con el siglo XX llegan más avances tecnológicos que permiten la conservación, la fermentación, la congelación... que no hacen sino aumentar la calidad de los productos.